Vítor Alberto Correia
Por fin escribo algo para nuestro blog. Con el presente texto inicio una nueva sección que tratará de libros. Y el primero es un clásico de la literatura mundial: El corazón de las Tinieblas (1902), del escritor polaco Joseph Conrad.
Algunas consideraciones iniciales son necesarias para la comprensión del libro. Conrad, así como el propio personaje principal, Marlow, fue durante años marinero del Imperio Británico. La novela pasa en la última década del siglo XIX en el “Estado Libre del Congo" (ELC), una región de administración privada del rey Leopoldo II de Bélgica.
Leopoldo no era solo rey, sino dueño del ELC y jamás estuvo en el territorio ultramarino. La dominación de Leopoldo II fue posiblemente una de las más crueles del período (lo que intento decir acá es que la dominación fue hecha en nombre de UN hombre, y no de una nación o potencia europea), utilizando prácticas de tortura y de castigos ejemplares, como amputaciones y genocidio desenfrenado.
Tras este pequeño panorama histórico, vamos al grano: la historia es como una historia inserta en otra, en la cual un narrador nos pone en un barco en el Río Támesis, donde un grupo de marineros oye la historia de Marlow, un marinero que estuvo trabajando para una compañía belga de comercio. La companía no solo comercializaba marfil de las áreas más lejanas del Río Congo, sino estaba comprometida con la idea de "llevar las luces de la civilización a los salvajes".
En este esfuerzo comercial-civilizatorio uno de los agentes, que es presentado como el “más capacitado, aquel que lleva las mejores cualidades, un genio universal" – el Sr. Kurtz – simplemente deja de enviar noticias, y para desesperación de la Compañía, marfil, el objeto principal de la comercialización. Así, a Marlow le designan para que coja una barca y navegue río arriba para descubrir lo que le sucedió a Kurtz y traerlo de vuelta.
En su jornada rumbo al interior del continente africano, a los rincones más lejanos de todas las formas de civilización, Marlow plantea discusiones acerca de la ética y de la moral. Lejos del control que la sociedad occidental impone a sus individuos, estos mostrarán su verdadera forma, llegando a puntos extremos, haciendo lo más abominable para garantizar su supervivencia.
La ausencia de control sobre el hombre no es la temática principal solo en esta obra de Conrad. Aparece también en Lord Jim (1900) y en Un puesto avanzado de progreso (1896), este último un cuento que sirvió de inspiración para Corazón de las Tinieblas. La obra de Conrad también influyó en el director estadonidense Francis Ford Coppola que en Apocalypse Now! (1979) adapta la novela del autor polaco a las junglas del Vietnam durante la guerra en los años 60. La actuación de Marlon Brando como Kurtz es por muchos considerada la más significativa de su vida, aún más que la de Don Corleone.
Pese a haber sido escrito hace más de cien años, Corazón de las Tinieblas trae al lector todas las sutilezas de una gran obra: desde el momento en que empiezas a leer hasta el sorprendente final, las emociones que Conrad presenta son intensas, desde la simpatía hasta el rechazo y el miedo.
Para terminar, descubrí en Youtube un documental (dividido en cinco partes) preparado especialmente para la exposición El Cor de les Tenebres, ocurrida en Barcelona en el año de 2002 para celebración de los 100 años de la novela.
Algunas consideraciones iniciales son necesarias para la comprensión del libro. Conrad, así como el propio personaje principal, Marlow, fue durante años marinero del Imperio Británico. La novela pasa en la última década del siglo XIX en el “Estado Libre del Congo" (ELC), una región de administración privada del rey Leopoldo II de Bélgica.
Leopoldo no era solo rey, sino dueño del ELC y jamás estuvo en el territorio ultramarino. La dominación de Leopoldo II fue posiblemente una de las más crueles del período (lo que intento decir acá es que la dominación fue hecha en nombre de UN hombre, y no de una nación o potencia europea), utilizando prácticas de tortura y de castigos ejemplares, como amputaciones y genocidio desenfrenado.
Tras este pequeño panorama histórico, vamos al grano: la historia es como una historia inserta en otra, en la cual un narrador nos pone en un barco en el Río Támesis, donde un grupo de marineros oye la historia de Marlow, un marinero que estuvo trabajando para una compañía belga de comercio. La companía no solo comercializaba marfil de las áreas más lejanas del Río Congo, sino estaba comprometida con la idea de "llevar las luces de la civilización a los salvajes".
En este esfuerzo comercial-civilizatorio uno de los agentes, que es presentado como el “más capacitado, aquel que lleva las mejores cualidades, un genio universal" – el Sr. Kurtz – simplemente deja de enviar noticias, y para desesperación de la Compañía, marfil, el objeto principal de la comercialización. Así, a Marlow le designan para que coja una barca y navegue río arriba para descubrir lo que le sucedió a Kurtz y traerlo de vuelta.
En su jornada rumbo al interior del continente africano, a los rincones más lejanos de todas las formas de civilización, Marlow plantea discusiones acerca de la ética y de la moral. Lejos del control que la sociedad occidental impone a sus individuos, estos mostrarán su verdadera forma, llegando a puntos extremos, haciendo lo más abominable para garantizar su supervivencia.
La ausencia de control sobre el hombre no es la temática principal solo en esta obra de Conrad. Aparece también en Lord Jim (1900) y en Un puesto avanzado de progreso (1896), este último un cuento que sirvió de inspiración para Corazón de las Tinieblas. La obra de Conrad también influyó en el director estadonidense Francis Ford Coppola que en Apocalypse Now! (1979) adapta la novela del autor polaco a las junglas del Vietnam durante la guerra en los años 60. La actuación de Marlon Brando como Kurtz es por muchos considerada la más significativa de su vida, aún más que la de Don Corleone.
Pese a haber sido escrito hace más de cien años, Corazón de las Tinieblas trae al lector todas las sutilezas de una gran obra: desde el momento en que empiezas a leer hasta el sorprendente final, las emociones que Conrad presenta son intensas, desde la simpatía hasta el rechazo y el miedo.
Para terminar, descubrí en Youtube un documental (dividido en cinco partes) preparado especialmente para la exposición El Cor de les Tenebres, ocurrida en Barcelona en el año de 2002 para celebración de los 100 años de la novela.
No dejéis de ver el documental El color de las Tinieblas, es excelente:
Pasad y disfrutadlo.
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