martes, 19 de octubre de 2010

David y yo

Carolina Vital

Conocí a David a través de Elena Garro, mientras leía sus memorias de la Guerra Civil de España. En el libro ella expone una visión muy personal de este hecho histórico, habla del miedo, del hambre, de la amistad, y entre otras cosas, de los ojos verdes del pintor mexicano David Siqueiros.

A causa de la descripción me puse a imaginarlos. Para mi debían de ser como luces que se encendian y apagaban mientras las ideas se sobreponían en su cabeza, parecían muy vivos, astutos, bellos, en fin, yo los imaginaba... y del libro de Garro lo que quedó marcado en mi han sido las ganas de mirar los ojos de este loco e intenso personaje.

Meses después la suerte me extendió la mano, me llevó hacia Quito y a una festividad que celebraba la Revolución mexicana. ¡Mirad mi suerte, David se apuntó a la misma fiesta! Leí su nombre en la lista de los artistas. Él estaría en la exposición que sería inaugurada a continuación de las solemnidades. Me puse ansiosa por verlo y, al cruzar la puerta de la sala de exposiciones sentí su mirada, vi sus ojos verdes gigantes, fuertes, expresivos. No me podía creer en lo que veía, un autorretrato de David Siqueiros, justo un “close” de sus ojos y nariz.

Ni Guayasamín tan cerquita, tampoco Kingman, nadie consiguió sacarme de aquel momento de colores y densas texturas. Y así fue que David y yo nos encontramos, mirándonos a los ojos, como a mi me encanta.

2 comentarios:

  1. Vuelvo al blog por insistencia de Belén en el facebook y aquí comprendí el porqué de ella hablar de poesía y corazón se la columna era de pintura. Congratulaciones Carolina! Ahora soy yo quien gustaría muchíssimo ver esta mirada.
    Un abrazo, Lívia Duarte

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  2. Gracias Lívia! Sigue faltando un texto tuyo aquí!
    Un beso, Carol

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