jueves, 14 de abril de 2011

La paradoja de la comunicación

Talita Papoula

Diez minutos es una crítica al tipo de sociedad hacia donde nos dirigimos. Un mundo donde se supone prima la comunicación y el entendimiento y que, sin embargo, levanta continuas barreras invisibles de incomunicación que nos impiden el contacto directo con las personas.”

Estas son las palabras con las que el director español Alberto Ruiz Rojo describió este singular cortometraje del que también es guionista y que ha conseguido alcanzar nada menos que cien premios en festivales nacionales e internacionales, entre ellos el importante Goya al mejor corto de ficción.

La película, producida en 2003 e interpretada con maestría por los actores Gustavo Salmerón y Eva Marcel, consigue en menos de dieciséis minutos crear una atmósfera de identificación del espectador con la historia y mantenerlo enganchado desde la primera escena hasta los minutos finales de la película.

Esto ocurre porque la historia que se ve en el video tiene como tema una situación que sin duda ha sido realidad una vez al menos para la mayoría de las personas. ¿Quién no ha tenido que resolver cuestiones urgentes por teléfono y no se ha vuelto loco cuando ha hablado con una teleoperadora que se parecía a una máquina? Es justamente lo que pasa con Diez Minutos.

El protagonista de la historia, Enrique, intenta obtener de una empresa de telefonía una información sencilla de la que depende el futuro de la relación que tiene con su novia. Sin embargo, encuentra barreras casi insuperables para conseguirlo: a pesar de la multitud de palabras que dice la teleoperadora para convencerlo de que “no es posible facilitar la información” que desea, Enrique se ve delante de una imposibilidad de comunicación que lucha con desesperación para superar.



Mientras el protagonista intenta mostrar a la teleoperadora que a veces es necesario “saltarse una norma para salvar una vida”, a los telespectadores la película les hace reflexionar sobre como la frialdad y rigidez de las formalidades o normas en algunos momentos alejan a las personas del real sentido de humanidad. Además, la historia nos despierta para el hecho de que, a pesar de todos los medios de comunicación de los que disponemos hoy, nos sentimos cada vez menos comprendidos por el otro y nos alejamos cada vez más de la verdadera comunicación.

Sobre eso, la notable paradoja que el corto revela es muy interesante: solamente cuando la teleoperadora en cierto momento de la historia se identifica con Enrique es que su humanidad se rescata, y en este instante lo que pasa es que se queda callada, llevando al protagonista a concluir: “por una vez, tu silencio te hace persona” y “tu silencio hace que por fin hables”. O sea: curiosamente es en el silencio cuando empiezan a entenderse.

Lo que ocurre desde allí hasta el final del corto es una emocionante escena que no solo a los espectadores les quita el aliento, aún más que eso: a ellos les muestra que, aunque estemos perdiendo el contacto directo con las personas y, así, la comunicación con el prójimo, no se nos ha olvidado por completo nuestra humanidad, y por eso todavía hay esperanza.

El director
Es lo que también cree Alberto Ruiz Rojo, con cuyas palabras deseamos, además de haber comenzado esta presentación sobre Diez Minutos, terminarla: “Después de todo, nuestra historia deja abierta una puerta a la esperanza. Por encima de todas las normas aprendidas, por encima de las amenazas de despido (…), por encima de todo, está nuestra verdad y todos tenemos un lado humano, que puede aparecer, aunque a veces parezca imposible. Al menos eso quiero creer yo.” También es lo que queremos creer nosotros.

5 comentarios:

  1. ¡Me encanta este corto! Talita te felicito por el texto, ¡excelente!

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  2. ¡Enhorabuena, Talita! Tu texto me ha encantado. La comunicación es realmente muy dificil y muchas veces se comunica mejor sin hablar nada...

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  3. Talita, ¡qué bueno es tu artículo y qué bien describes lo que sentí al ver el corto!
    Esos últimos minutos son de emoción (y desesperación, sin duda.
    Talita, me encanta que te hayas estrenado con este texto en "Los Insistentes", y espero poder tener la oportunidad de leer más cosas tuyas. ¡Escribes de maravilla!

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  4. Querida Talita - nuestra dulce representante de la ciudad de Petrópolis - me gustó muchísimo tu lúcido análisis de este cortometraje tan premiado.
    !Tu texto tambíén merece um premio, es original, sensible y muy bonito!

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  5. Me parece que el corto "Diez Minutos" retrata la impersonalidad de las relaciones actuales. Sobre el tema, Talita escribe con sensibilidad en ese artículo que vale la pena leer.

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