Por Paulo Henrique Andrade
Habiendo sido expulsado de España, Don Quijote fue colocado en un navio que partía hacia Sudamérica. Él se quedó inicialmente contrariado, pero luego empezó a delirar con los rayos y las tormentas del océano. Veía fantasmas y otras cosas fantásticas. Una noche hizo un gesto con las manos como si quisiera derribar paredes imaginarias o mover molinos de viento.
A pesar de sus delirios y de las tormentas, el viaje transcurrió sin problemas, y en seguida nuestro héroe se puso compulsivamente a leer.
Leía día y noche, hasta sudar litros de agua.
A él le gustaban los libros de filosofia y teatro de la Grecia Antigua, además de los clásicos de la literatura china, persa y árabe.
En resumen, se enfrascó tanto en su lectura, que se le pasaban las noches leyendo de claro en claro, y los días de turbio en turbio, y así, del poco dormir y del mucho leer, se le secó el cerebro, de manera que vino a perder el juicio.
Y entonces se quedó al mismo tiempo loco y eufórico. Quería llegar a Buenos Aires, pero la embarcación naufragó cerca de la Bahía de Guanabara. Asustado, nadó hasta la costa y así descubrió Río de Janeiro, esta fabullosa ciudad perdida que parecía flotar entre la floresta, las montañas y el mar.
Desnudo a causa del naufrágio, fue cercado por una tribo de indios tupis, que estaban también practicamente desnudos. Llevado al cacique, luego se enamoró de su joven hija, que era muy guapa, y con la cual se casó dos meses después. El matrimonio tomó lugar en las arenas de una playa muy linda, y seguió las costumbres tradicionales tupis.No hablaba una palabra del idioma tupi, pero loco como estaba, luego concluyó que el amor es una lengua universal... Además, comenzó a aprender unas frases tupis con los indios y a enseñarles algunas en español. Fue entonces que descubrió que una guerra entre los indios y los portugueses ya estaba siendo preparada... Explicó a los indios que podría entender gran parte del idioma portugués, que era muy parecido al español, y así fue encargado con la tarea de traductor oficial, para el caso en que fuesen capturados.Pasadas dos semanas, empezó la batalla. Fue una verdadera masacre contra los indios, debido a la superioridad de los armamentos lusitanos. Casi todos murieron. Sin embargo, Quijote logró escapar con su amada. Más tarde se entregó a las autoridades portuguesas presentándose como un noble español y escritor en viaje de inspiración literaria que había sido capturado de manera accidental por los tupis.
Creyendo que se trataba de un legítimo noble español, el comandante portugués le regaló a Quijote nuevas ropas muy finas y suntuosas, y le ofreció a él y a su joven esposa un cuarto en su propia casa.
"¡Un milagro!" - pensó el loco caballero.
A partir de ahí, se puso a escribir compulsivamente: cuentos, poesías, romances, leyendas y historias infantiles. Escribía hasta que las manos se le estremecían y sus ojos giraban en sus órbitas.
Para disgusto de su esposa, no se duchaba, no dormía, casi no comía. Entraba en delirios creativos y no conseguía parar.
La locura volvía una vez más a Quijote, pero eso es una otra historia...
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