lunes, 12 de julio de 2010

El portero y la reportera

Daniella Wagner

España celebraba la conquista de la Copa del Mundo. Una lluvia de papelitos amarillos caía sobre los jugadores de La Roja. Iker Casillas, capitán del equipo, levantaba la Copa, después de realizar un partido irreprochable. Por primera vez, España ganaba la más importante competición deportiva mundial. El autor del gol fue Iniesta, pero si no hubiera sido por las innúmeras defensas hechas por Casillas quizá el resultado hubiera podido ser otro.

Una gran actuación que coronó una trayectoria brillante durante el campeonato y le garantizó el título de mejor portero del Mundial. Bajo tantas emociones, Casillas es entrevistado por la reportera Sara Carbonero. La periodista es su novia y al principio del campeonato había sido acusada de distraerle cuando no consiguió defender la portería y Suiza logró la victoria.

Al contestar a su pregunta, él agradece a la gente que le apoyó siempre, a sus padres, a su hermano y luego su voz se embarga y no consigue más hablar. La reportera le tranquiliza y le dice que pueden hablar sobre el partido, pero Casillas no le da tiempo de terminar. De sorpresa la toma en sus brazos y le da un beso y, luego, se va… Deja a la reportera sin acción. La única cosa que ella consigue decir es “!Madre mía!” y, mientras sus compañeros periodistas aplauden, Sara, avergonzada, pide un tiempo al cámara antes de seguir el reportaje.



La escena inusitada echa por tierra todas las teorías de distaciamiento periodístico, objetividad y muchas otras formalidades. Que un entrevistado bese a su entrevistadora es algo impensable en Brasil y seguramente en muchas otras partes del planeta…

No obstante allí no están solamente dos profesionales. Más que eso: están un hombre y una mujer que sufrieron un gran prejuicio, con sus capacidades profesionales puestas en tela de juicio durante la Copa.

Una linda pareja, protagonista de una bella historia de amor en vivo y en color que ha hecho suspirar a todas las mujeres del mundo, muertas de envidia, que desearon por un instante ser Sara, la reportera y la mujer. Y que hizo morir de envidia a todos los hombres del planeta, que por un momento tuvieron el anhelo de ser Casillas, el portero y el hombre.

Una imagen tan fuerte y feliz como la de los jugadores rojos celebrando el hecho histórico del país.

Cosas de España…

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