Fatima Paschoal
La verdad es que el tema de la vida como tiempo finito está ahora muy presente en mí porque estoy empezando una nueva fase de mi vida: la jubilación, y me doy cuenta de que...¡hay vida después del trabajo! ¡Estoy segurísima!
A partir del momento en que llegué a esa conclusión, una ola de libertad invadió mis días y noches. La ola invadió también mis acciones y empecé a sentirme como si pudiera hacer de todo un poco. Muchos proyectos habían vivido encerrados en una oficina en la que la creatividad y la vida intelectual eran casi un sueño perdido, por lo menos fue así durante treinta años. En el mejor de los casos, era posible conocer a una u otra persona con la que se podía charlar sobre temas más interesantes que las tareas cotidianas.
Cuando leí que nuestra libertad era una “libertad condicional”, tomé conciencia de ese hecho de forma abrupta porque esto es la más pura verdad. Me encontré una vez más reflexionando sobre mis emociones y decidí que si es por un tiempo determinado que tengo la oportunidad de aprovechar la vida, voy a aprovecharla.
En aquel momento, empecé a escribir porque junto a “Los Insistentes” creo que puedo vivir algo que dejé en el pasado: las ganas de escribir, de hacer poesía con las cosas más sencillas, de pintar cuadros y conocer a personas que, como yo, “piensan el mundo” y, seguramente, lo desean mejor.
Esto me recuerda una frase de Friedrich Nietzsche: “Si se muere el pensamiento, se muere el alma”. Como el pensamiento es totalmente libre, sigamos viviendo la libertad en su plenitud.
Querida Fátima
ResponderEliminarMe alegra tu declaración de libertad, ser el jefe y dueño de nuestra voluntad es un regalo de la vida.
Sí, la libertad (individual y social) no es ilimitada, todavía la ola que te invade será de puro provecho, además estaremos juntos insistiendo en vivirla en toda plenitud.
Hay que aspirar a vivir una vida que tenga sentido siempre... , por eso, desde esta revista, reivindicamos tantas cosas. Gracias, Fátima. Ojalá que tu ola de libertad nos invada a todos. Leer textos como este es comenzar a cambiar un poco... es iniciar una transformación interna necesaria.
ResponderEliminarCuánta verdad contienen tus palabras, Fátima. El tiempo se nos escurre entre los dedos, nuestro destino escapa de nuestras manos, somos seres finitos (en algún sitio invisible traemos inscrita la fecha de caducidad, como los yogures), pero, ah, la libertad de aprovecharlo todo hasta la última gota, de hacer con ese tiempo algo útil y a ser posible hermoso, ¡esa no no las quita nadie! Gracias, Fátima, me ha encantado tu reflexión.
ResponderEliminarMuy bellas palabras, muy sentimiento, mucho cariño mi pareja saca de su corazón! Fernando José
ResponderEliminarEnvio mi cariño a todos.
ResponderEliminarOjalá yo pueda hacer muchas cosas útiles y hermosas con "Los Insistentes".