miércoles, 25 de abril de 2012

Tikal: el lugar de las voces


Karen Oliveira

Por Karen Oliveira – Esta foto pertenece a Galería de Los Insistentes

Trabajar con la conservación del medio ambiente es una tarea difícil, sin embargo me ofrece la oportunidad de vivir experiencias increíbles. Esta es una foto del Templo del Gran Jaguar, un templo funerario ceremonial considerado la puerta al inframundo. Ubicado en el Parque Natural de Tikal en la región del Pecten, norte de Guatemala, es una joya de la civilización maya.

El nombre Tikal se traduce como el lugar de las voces. En la Reserva Natural, nada es exactamente lo que parece pues por debajo de un motón de tierra puede haber una sorpresa… restos de un palacio, de un monumento de piedra, de un aparato de cocina, que con sus voces mudas nos cuentan un poco de cómo los Mayas vivían. Estas no son voces que todos escuchan. En cambio, hay muchas otras voces que todos los que van a Tikal tienen el privilegio de escuchar. Son las de los guacamayos y de tantos otros pájaros, las de monos, ciervos, cuatíes y hasta, ocasionalmente, la de los jaguares, que por allí pueden encontrarse.
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lunes, 9 de abril de 2012

Crónica de una pasión II: U2

Fátima Paschoal

No es la primera vez que escribo sobre pasión. La verdad es que, para mí, pasión  es un concepto que traigo en mi ser, que subraya todos los rasgos que han formado y forman parte de mi personalidad y comportamiento durante toda mi existencia. Así es que escribir sobre mis pasiones es una de las maneras que me hacen abrir las ventanas, las puertas y dejar que un cierto aire de libertad me envuelva, haciéndome un poco más feliz y menos decepcionada con la vida que vivimos.

Estos días la música ha estado a mi lado y por esa razón necesito hablar de un grupo especial que conozco desde hace mucho, mucho tiempo: U2



Cuando les he oído por primera vez, mi hija, que hoy tiene veintinueve años, era solamente una niña de casi un año de vida y yo una joven que amaba la música, especialmente el rock and roll. La voz del cantante, Bono, el sonido que hacían, y por encima, su postura política a favor de la libertad y de la igualdad entre las personas, transmitidas en canciones fuertes y bellas, me atrajeron como si hubiera sido golpeada por un cupido que hablaba de amor y paz.

Después de casi treinta años, ellos, para mí, siguen siendo el grupo de rock más activo en las cuestiones de defensa de los derechos humanos, de forma ética y vanguardista, siempre creando nuevos sonidos que encantan a millones de personas alrededor del mundo. 

Un buen ejemplo de su trabajo contra la injusticia es su lucha por la liberación de  Aung San Suu Kyu, la premio Nobel de la Paz de 1992. Considerada la enemiga pública número uno por la Junta Militar birmana, vivió bajo arresto domiciliario durante quince años, regresa ahora totalmente libre a la política como diputada en el Parlamento. En la gira 360º Tour, con la canción Walk On, compuesta para Aung San Suu Kyi, U2 clamaba por su libertad.

Vídeo U2 – youtube – Walk On –360º Tour
 
Por todo eso, si a ti te gusta el tema, es decir, la música, el rock y los mensajes que los cuatro hombres de Dublín presentan con las ganas y la pasión (otra vez, ella), intenta oír, para empezar, lo que dicen en Miss Sarajevo o Please. Suenan como oraciones, como súplicas por un mundo en el que la gente pueda tener una convivencia de armonía y solidaridad.

La gira de U2, 360º Tour, empezó en Barcelona en 2009. Las canciones de su último CD se inspiraron en la región de Cádiz y de nuevo surge un sonido con el clima del sitio de inspiración. Su origen irlandés tal vez les dé la pasión que los hace capaces de compartir con nosotros el dolor de todos los que sufren por injusticias. 

Ya son tres años de una gira estupenda que une gente de todas las edades y de todo el mundo. ¡Adelante, U2: Walk on!
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lunes, 26 de marzo de 2012

Torres del Paine (Patagonia Chilena)

Herbert Guimarães




Después de horas caminando llegué a la base de las tres torres del parque Torres del Paine en la Patagonia Chilena. Fue una experiencia agotadora pero valió la pena. La laguna que se puede ver en la foto me sorprendió. No esperaba encontrar algo así en la base de las torres (los tres cerros al fondo de la foto).

Hacía mucho frío arriba e incluso al final del camino nevó. ¡Lo recomiendo!

*Foto de Herbert Guimarães
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lunes, 19 de marzo de 2012

El carnaval de Sapucaí desde dentro

Bianca Stamato

Preparándome para el desfile
Soy una “carioca da gema” (carioca de pura cepa) como se dice por aquí, pues nací y siempre viví en Río. Pero esta ciudad, internacionalmente conocida por la samba y el carnaval, nunca me pareció tan maravillosa como la cantan. La veo como una hermosa urbe que, desgraciadamente, está vilipendiada por su propia población. Los cariocas se ufanan de la ciudad en la que viven pero no la respetan. La verdad está mejor retratada en el estribillo de la canción de Fernanda Abreu: “Río 40 grados, ciudad maravilla, purgatorio de la belleza y del caos”.

Por eso, siempre me sentí un poco aislada, ya que los cariocas típicos, que van religiosamente a la playa todos los domingos y aman el carnaval incondicionalmente, no osan criticar algunas de nuestras costumbres. Ellos son un pueblo de optimistas y yo, al revés,  soy una aguafiestas que estropea la diversión ajena con mi pesimismo o, por lo menos, con mi desconfianza de que no todo es la octava maravilla  del mundo.

La idea de ponerme un disfraz y celebrar la vida sin cualquier motivo me resultaba absurda, así que nunca había comprendido el carnaval, la fiesta carioca por excelencia. El “Sambódromo”, para mí, representaba la quintaesencia de la alienación del pueblo, que durante el carnaval se olvida de su condición desfavorable para divertir a los más ricos. Siempre me pregunté cómo aquellos que más sufren en la vida pueden experimentar tanta felicidad.

Desfilar en la Avenida Marquês de Sapucaí era algo inimaginable en mi vida, hasta que pasé por un período de profunda tristeza el año pasado. El padecimiento cambió totalmente mi perspectiva ante la vida y, consecuentemente, mi mirada sobre el carnaval; la tristeza no solo no anula la alegría sino que la refuerza. Uno debe reírse de sí mismo y de sus tragedias para que la vida sea soportable. A veces tenemos que hacer el payaso, bromeando con todo. La locura no está en celebrar el simple hecho de vivir sino en recusarse a hacerlo.

El carnaval significa justamente la oportunidad de olvidarse de la realidad y de sustituirla por la fantasía, la alegría y la payasada. Terminada la fiesta, todos volvemos a nuestras vidas llenas de sueños, deberes y frustraciones. Durante el carnaval nos podemos disfrazar y cambiar de vida, de sexo, de amor y de clase social; el peón se hace rey y Pierrot tiene el amor de Colombina.

Doña Ivone Lara
Y es así que, sin pensarlo mucho, decidí desfilar este año en la escuela de samba Império Serrano. Me enamoré de la samba enredo, que habla de Doña Ivone Lara, sambista que forma parte de la vieja guardia de aquella “escuela” de samba. La canción, que halaga a todas las mujeres, emocionó a todos y levantó al público en Sapucaí a las  cinco y pico de la madrugada del domingo de carnaval.

Antes del desfile, asistí a los ensayos en el barrio de Madureira y la alegría de la batería, apodada merecidamente sinfónica, me contagió. En medio de los “agogôs, bumbos y cuícas” mi corazón no se quedó indiferente a la samba, que late intensamente como la propia vida.

Escudo de la "escuela" Império Serrano
En el día del desfile, me pinté las uñas con el color verde de Imperio Serrano y me puse radiante para defender a mi “escuela de samba” junto a mi marido y amigos. A la una de la mañana salimos de mi piso y tomamos el metro hacia Sapucaí. La fiesta ya empezó en la estación, pues había una muchedumbre de disfrazados yendo y volviendo del sambódromo. Era una escena surreal, en la que seres coloridos e irreales afrontaban el calor de una noche de verano para brillar anónimamente en la Avenida.

Ni la espera de más de tres horas de concentración en plena Avenida Presidente Vargas ni el peso de mi fantasía, toda negra y dorada, me descorazonaron. Cuando entré en la Avenida, cantando la samba y saltando de alegría, finalmente comprendí el carnaval: no hay que explicarlo racionalmente sino sentirlo. El desfile es toda una vivencia que difícilmente puede ser traducida en palabras ni en tesis. Es un momento de pura magia, muy lejos de la realidad pero muy cerca del corazón. Desde dentro de la Sapucaí vi a la gente sencilla hacerse rey y reina; vi a la gente pobre volverse muy rica y a la gente fea ponerse bonita. Yo que ya estaba un buen rato mal con la vida me convertí en alegría.

Es verdad que después del Miércoles de Ceniza todo volvió a lo que era antes y el Império Serrano, a pesar de ganar el galardón “Estandarte de Ouro”, no fue promovido al Grupo Especial. Pero esto es tema para un reportaje a ser escrito por la vieja Bianca pesimista de siempre. Leer más...

sábado, 24 de diciembre de 2011

Mafalda: la adorable "enfant terrible"


Fabricia Luque
No me acuerdo de cuándo leí por primera vez las tiras cómicas de Mafalda. Desde entonces soy fan del personaje creado por Quino a principios de los 60, una verdadera filósofa que antes de ingresar al jardín de infancia ya contesta la realidad social y política de su país y del mundo.

La historia del personaje es curiosa: Mafalda nació en 1963, a consecuencia de un pedido hecho por una agencia publicitaria para que se creara una tira cómica que sirviera de publicidad disfrazada para una compañía de electrodomésticos. Así que los protagonistas serían de una familia de clase media y el nombre de uno de los personajes debería hacer una alusión al nombre de la compañía, que empiezaba con las letras M e A, pero el cliente de la agencia no aceptó el plan de la campaña publicitaria diseñada por Quino.

El año siguiente (1964), el más importante semanario de Argentina de aquella época, llamado Primera Planta, encarga a Quino crear una tira regular. Quino retoma entonces la idea de la enfant terrible que conquistó el mundo.

Umberto Eco asegura que Mafalda es “el personaje de los años sesenta” y la define como una heroína “rebelde” que rechaza al mundo tal cual es.



De hecho, Mafalda es una contestadora. Sigue los noticiarios con gran interés y suele sublevarse contra la guerra, el hambre y las injusticias sociales. Conoce el significado de conceptos como burocracia, democracia, comunismo, patria, libertad, derechos humanos, etc… todo eso a los seis años de edad y tiene un globo terrestre que trata como a un enfermo. Mafalda hace preguntas a sus padres sobre la guerra en Vietnam, porqué la humanidad va tan mal, y otras de ese tipo, y ellos le dicen que no es asunto para su edad. Sus padres, a propósito, necesitan tomar con frecuencia un medicamento llamado nervocalm. De verdad, no es fácil criar una chica como Mafalda.

En los años 60, Mafalda ya no aceptaba el papel de la mujer que vive sólo para cuidar de la familia. No es vanidosa como suelen ser las chicas de su tiempo ni sigue modas. Al revés, hace planes de ir a la Universidad, aprender diversos idiomas, obtener una beca para estudiar en Japón y ser traductora de la ONU a fin de mejorar las relaciones diplomáticas.

No se puede olvidar también que Mafalda odia sopa y a ella le encantan los Beatles.


Además, es muy interesante constatar que Mafalda y sus amigos reflejan los diversos segmentos de la sociedad argentina: Manolito es hijo de un español dueño de un pequeño almacén y sueña todo el tiempo en hacerse rico, proprietario de una cadena de supermercados; a su vez Susanita es una chica superficial, prejuiciosa, cotilla e individualista que cree que la felicidad de la mujer consiste en casarse con un ricazo y tener hijos; mientras que Felipe es un chico romántico, tímido, angustiado y de buen corazón.

En resumen, las historietas de Mafalda creadas por Quino son una invitación a reflexión y muy placenteras de leerse. El libro Toda Mafalda es una lectura muy recomendable.

Y si va a Buenos Aires, no deje de visitar la escultura en la Calle Chile 371 del barrio porteño de San Telmo (cuando dibujó a Mafalda, Quino vivía allí, en el décimo piso del departamento de Chile y Defensa, y decidió que esa sería también la casa y el escenario de su criatura).

Casa de Mafalda
Mafalda y Fabricia

De Mafalda, para pensar:

¿Dios habrá patentado esta idea del manicomio redondo?

¿No será acaso que esta vida moderna está teniendo más de moderna que de vida?

Vea también el video Mafalda en Navidad.

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domingo, 18 de diciembre de 2011

ESCRITURA CREATIVA

Por favor, ¿quién me ayuda? (parte IV - final)
Laura Freitas

No es necesario practicar las diligencias, yo explico todo lo ocurrido. Tenía motivos para el pánico. El individuo que me preguntó si yo nunca había visto a dos amantes peleando era verdaderamente pavoroso. Os juro que era muy digno de una película de terror.


Estoy de acuerdo en que soy un poquito exagerada y un tantito ingeniosa, sí, algunas veces, raramente, soy curiosa, pero la curiosidad a mí no me llega a obsesionarme, las transgresiones, aunque pequeñas e inocentes suscitan el miedo, que es paralizante. Cuando entré en la casa de los horrores no contaba con aquellos gritos y actitudes descabelladas, justo al contrario, preparé mi espíritu para entrar en un tranquilo hostal de estudiantes y mirar una simple foto en la pared, quizá de la playa de Copacabana.

La sangre era poca, unas gotillas, caramba, sangre es sangre. El desgraciado, aterrorizante ser, sangraba por la nariz, había sido agredido a puntapiés por su truculento amante. Bueno, soy absolutamente pacifista y correcta políticamente, como ya expliqué, pero esa víctima mereció las patadas, era un grosero y por sus palabras y actitudes descalificadoras, se nota, seguramente, que es un sadomasoquista.

Pucha, nada que ver con Miguel, su amigo o amiga y sus pandillas vulgares.

La entrada disputadísima, la revendí por un buen precio delante de la taquilla donde la había comprado, - una vez que las plazas del teatro estaban agotadísimas -, a un fan de la actriz, por supuesto era un estudiante, no sé de que y no me interesa saberlo.

Los documentos, aquellos que habían armado el quilombo, los eché al canasto.

Después del magnífico espectáculo con la divina actriz, fui a cenar a Lapa, un barrio bohemio y pintoresco, lleno de historias interesantes e intrigantes, caramba, allí las escenas callejeras llenan los periódicos y el misterio de los acontecimientos mata de curiosidad a los ciudadanos comunes. La Lapa, la región del puerto y los suburbios oscuros, me encantan... Leer más...

lunes, 12 de diciembre de 2011

ESCRITURA CREATIVA

Por favor, ¿quién me ayuda? (parte III)
Laura Freitas

La calle era normal, ubicada cerca de la Universidad y como las demás calles de barrios residenciales mezclaba casas sencillas, grandes, medios y pequeños departamentos.

El número indicado tenia algo de conventillo y mucho de hostal para estudiantes nada ricos.

Paseé cinco veces delante de su puerta descolorida y abierta. La primera vez le dediqué una mirada fugaz, casi vi una fotografía. La última vez, una mirada penetrante y tranquila, puesto que el lugar me pareció pacífico.

Hace falta a la vida un poco de emoción. Odio la monotonía, por ese motivo estudio español en el Instituto Cervantes, mi profesora se llama Belén y mis compañeros son insistentes, pero realmente entré en esa casa solamente para ver si la foto que había descubierto en la pared era de la playa de Copacabana.

No di dos pasos en el ancho y largo pasillo, cuando escuché con todas las letras la palabra "homosexual" y ya me apresuraba a salir, pensando que a pesar de ser yo políticamente correcta, no quedaba bien una señora mayor en un antro de maricones, cuando un alto, gordo y sonrosado hombre salió corriendo después de haber gritado desaforadamente algo como:" te engañas si piensas que voy a sostener tu vida inmoral y escabrosa" y agregó: “se acabó la farsa”.

¿Qué cambiaría en mi vida si aquella maldita foto en aquella pared cursi de aquella tenebrosa casa fuera de Copacabana, de Ibiza o de Osama Bin Laden? ¡Absolutamente NADA!

Claro, aquel líquido rojo que escapaba bajo la puerta era tinta, allí debía de vivir un pintor, pero no existía una explicación pragmática ante algunos hechos concretos: mis pies estaban pegados al suelo, mi ropa estaba tan mojada de sudor que uno pensaría yo me había bañado en una exuberante cascada, mi boca estaba abierta y seca, mis ojos aterrorizados y me invadía un sentimiento que un filólogo nombraría: pánico.

(continúa)
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